¿Cómo hacer cantitos de cancha?

Por: Roberto Giordano

¡Holis amiguis! Soy el segundo gran Roberte, quizás me recuerden por desfiles como los de Punta del Este o por la vez que me cagaron a palos los hinchas de River a la salida de un superclásico. Espero que hayan arrancado con todo este 2011, igual que yo. Primero quiero agradecerle a mi amigo Mariox por este espacio en el cual me gustaría desmentir eso que andan diciendo por ahí (que estoy en bancarrota y bla, bla, bla). ¡Chúpenme las tijeras que tienen restos de pelito púbico de tu vieja! Ahora mismo tengo 40 pesos en la billetera y 5 monedas de 1 centavo (me las guardé de cuando te las daban de vuelto en el Mc Donald's, jeje que groso que soy).

Bueno, aclarados ya los tantos, ahora si me gustaría dejarles un par de buenos consejos para que cualquiera en su casa pueda escribir cantitos de cancha á-la-Roberté. Es que siempre la gente me para por la calle y me pregunta “Pero Rober ¿cómo hacés?” Y yo sinceramente no sé que responderles. Supongo que esto es un don natural que me dio el barba (por eso siempre estoy mirando para arriba). Es como cuando inventé las geniales frases: "¡Que noche Teté!" o "No me peguen, soy Giordano". Es algo que me sale, es 100% natural como el pelo de Moria Casán.

Mis cantitos de cancha pasaron por varias tribunas de nuestro país y hasta logré que fueran internacionales (cuando Boquita fue a Japón). Aquella vez me convertí en el ídolo de los japoneses, aunque me miraban raro, como con los ojos más cerrados. No sé, nunca entendí ni voy a entender por qué.

En fin, voy a arrancar poniendo de ejemplo uno de mis cánticos más famosos, basado en uno muy popular:

            Pan y vino

            Pan y vino

            Pan y vino

            El que no grita Argentina

            Es celíaco o no le gusta el tinto

Si. Puede que suene rara la última parte pero uno tiene que intentar recurrir al rapeo estilo Jazzy Mel para poder cantarla. La gente está muy acostumbrada a seguir el ritmo y la métrica de las frases, ese es un vicio que hay que sacarse si es que uno quiere escribir y cantar cosas distintas, tal como yo lo hago.

Ahora recurro a otro gran cántico, el cual también reformulé y le cambié el concepto:

            Borombonbón,

            Borombonbón,

            Es un afano...

            ARRESTENLÓN!

Claro, el original decía "SUSPENDALÓN" [sic] pero uno tiene que ponerse a pensar en lo que está cantando, que mensaje está transmitiendo a los niños y a la sociedad en general. ¿Cómo “suspendalón”? No viejo, yo pagué mi entrada –bueno, a veces me invitan o voy de colado pero ese no es el punto- y no quiero que suspendan nada, quiero quedarme hasta el final y disfrutar del espectáculo. ¡Y aparte si es un afano que se lo lleven en cana! Si la justicia me persigue a mí en cada quilombo de guita que tengo, entonces que la ley sea la misma para todos. Como dice una muy querida amiga mía: “El que mata tiene que morir”. Y cuánta razón tiene. En ella me inspiré para mejorar este célebre cántico.

Y para finalizar con los ejemplos acá les traigo otro memorable clásico -por el cual fui duramente criticado en su momento-. Pero es obvio que esto no es para cualquiera (como así nos hicieron creer siempre los medios masivos de comunicación) y hay que saber leer entre líneas:

Si si señores… ¡yo soy de Boca!

Si si señores… ¡de corazón!

Que este año, desde la Boca, desde la Boca

¡Salió el nuevo Japón!

Ya sé que el original dice “Salió el nuevo campeón”. Soy peluquero pero no boludo. Cuando me expresé en esa última frase, yo me estaba refiriendo específicamente a las visitas turísticas de varios japoneses al pintoresco y humilde barrio de La Boca.

Riachuelo, Bombonera, Caminito, Museo, Quinquela Martín, Pampita, ¡que noche Teté! Moviendo las cabezas…

Luego de esas visitas, los japoneses siempre se quedan asombrados y vuelven a su país de origen con un concepto totalmente diferente de la vida y la existencia en general. Por eso la frase “Desde la Boca salió el nuevo Japón”. ¿Ven que no saben nada manga de ignorantes? Por algo ustedes están leyendo este blog y yo viajé por todo el mundo.

Creo que con estos ejemplos se podrán dar más o menos una idea a la hora de componer o reformular cantitos de cancha. Recuerden que no siempre es necesario seguir la métrica de los versos, y a veces ni siquiera que tenga rima. Yo fui el precursor e inventé el primer cantito de cancha en prosa. Así que siéntanse libres, dejen a su mente divagar, vuelen sin alas por los alocados mundos del sinsentido y usen mi planchita de pelo. ¡Ah! y sigan mamando.

Los quiere,

Robert Giordan

(si, ahora en inglés porque me tuve que cambiar de nombre después del quilombo este de la bancarrota del ojete)

P.D: Y como se portaron bien, les regalo un compiladito en MP3 con mis mejores cánticos. ¡Que lo disfruten!